De tantas cosas vividas en Gran Lombardes, País extranjero de mejor economía y potencia general del continente sur, volví nuevamente después de seis largos años a Velenques, mi País natal.
Velenques actualmente es casi el peor País para vivir y su fuente de empleo mayormente nula, que por desastres en su orden político, ahora es mucha la realidad que por migrar de aquel, ya es una gran opción para las oportunidades laborales y estudiantiles para los más jóvenes.
Pero en mi caso, que apenas cuento con 16 años, y como el mayor de mis tres hermanos, sigo obedientemente los deseos de mi madre; la actual y única cabeza de familia.
Llevamos poco menos de un mes en la ciudad de Mildram y por lo que puedo notar, nuestra estancia parece ser de larga duración…
Mi madre está trabajando en este momento, y yo, como buen libre ser juvenil, estoy vagando en nuestra casa mientras disfruto del silencioso tiempo de lectura en un sillón de la espaciosa y fría sala de estar.
O eso pensé…
Sabai: ¿No deberías ir a la escuela a consultar la información de matrícula?
Dice mi hermana, quien saliendo del salón de al lado, la sala de la cocina, se acerca y observa mi teléfono celular en el que estoy leyendo un libro.
Sabai: aashhh… realmente eres vago, mi mamá te lo recordó hoy antes de salir. "Agrega mientras suspira con decepción"
Mikael: ¿No deberías no comer lo que mi mamá compra y deja en la cocina?
Sus movimientos se volvieron rígidos mientras no respondía nada.
Mikael: Vas a subir de peso y serás más gorda.
Generalmente, no lo es, su cuerpo poco robusto, de buenas proporciones en volumen, solo definen más sus pronunciadas curvas… pero… siendo mi hermana no debería pensar eso con tanto detalle.
Ser cándido es lo más sabio en ocasiones.
Sabai:… Eso no responde a mi pregunta.
Descarada, no lo niega.
Mikael: Ya lo entendí, apenas son las nueve de la mañana y justo quería leer un poco antes de salir.
Sabai: No entiendo lo divertido que le ves a eso… es demasiado texto y me da sueño leer siquiera un poco. "Expresa con pesadez y un rotundo desagrado"
Es entendible, puede deberse a varios factores, pero en su caso, se cataloga falta de concentración e interés. Además, este libro es de mi rotundo interés por estar en español vulgar antiguo del siglo XVI.
Mikael:… Hago lo que yo quiera.
Al confirmar la hora en mi teléfono, reflexioné sobre el implacable tiempo que pasó rápidamente por únicamente leer unas cuantas páginas.
Parecía que hasta no hace unos pocos minutos, me senté a leer unos pequeños textos… eso fue como a las ocho en punto…
Después de apagar la pantalla de mi teléfono, me retiré del sillón.