La puerta del costoso hotel fue apartada bruscamente, Ishizu envolvió sus brazos al rededor del cuello de Ethan y le dio acceso a su departamento mientras lo besaba con todo su amor.
Ethan envolvió a la mujer en abrazo mientras sus manos apretaban su suave culo.
Se retiró y empezó lamer y a mordisquear su cuello. Ishizu sonrió y estiro su mano para cerrar la puerta.
-Mhmmh-, gimiendo Ishizu beso a Ethan, -Cómo te prometí ahora te pertenezco, mis habilidades, mi dinero y mi cuerpo. Todo es tuyo-.
-¿Oh?-, Ethan se detuvo, -¿Entonces puedo hacer lo que quiera?-.
Su mano abandonó su trasero y se dirigió al cuello de su vestido, lo agarró y rasgo rompiendo la costosa tela liberando los pechos de Ishizu que se relamio los labios.
-Si-, respondió en un suave gemido, -Asfixiame, degradame, violame, embarazame. Todas tus fantasías, todos tus deseos... Los haré realidad-.
Ishizu empezó a girar al rededor de Ethan dejando caer su vestido al suelo.
-Nosotras te daremos todo lo que te mereces por derecho-.
-¿Nosotras?-, con un tono ambicioso Ethan preguntó mientras veía el culo de Ishizu dirigirse a una puerta.
Ishizu colocó su mano en el pomo y sonrió mientras abría la puerta de su habitación.
-Si, nosotras... Ethan Cross, la grandeza viene con sus ventajas. Hermosas mujeres te aguardan en tú futuro y yo me aseguraré que las consigas a todas ellas-, dándose la vuelta ella miró con amor y devoción a Ethan.
Ella estaba loca, al menos así lo creía él. Después de todo por una derrota se entregó a él.
Ishizu vio las dudas de su Master, no lo culpaba. Era difícil creer sin pruebas, ella se acercó y tomó la mano de Ethan y la llevó al Tauk Milenario, entonces su collar empezó a brillar y les mostró su futuro.
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En una enorme habitación ambos vieron a muchas mujeres todas desnudas y en un acto sexual lesbico.
Los ojos de Ethan captaron algunas cosas, algunas de las mujeres hacían cosplay de los monstruos de duel monster, por ejemplo había un trío de las 3 Harpy Lady Sisters, otra cosa fueron los tatuajes que tenían varias de ellas, era el símbolo de la reina de corazones.
Algunas las tenían tatuados en sus pecho, caderas, mejillas, en su culo, en su vientre o en su espalda y otras tenían mucha más tinta que las demás.
La erección de su pene casi estalla ante la vista.
-¡Master, por favor coja con mi vagina!-.
-¡No!, ¡No he recibido mi dosis de pene en una semana!, ¡Me lo merezco!-.
-¡Master, soy una buena puta, me conformo con que me permita lamer sus pies!-.
-¡Mi señor, déjeme limpiar su culo, se lo ruego!-.
-¡Master su puta egipcia necesita un creampie!-.
-¡Master déjeme limpiar sus axilas con mi lengua!-.
-¡Cállate perra astral!, ¡Él es demasiado hombre para alguien como tú!-.
El griterío era sorprendente, las mujeres en la sala se peleaban para llamar la atención de alguien, y ese alguien miraba con una sonrisa de suficiencia.
Era él propio Ethan Cross que estaba rodeado de hermosas mujeres, una era Ishizu que estaba de rodillas dándole una mamada, y él se encontraba sentado en la espalda de una hermosa mujer de cabello blanco y ojos azules que parecía complacida de ser su asiento, detrás de Ethan había 4 mujeres de una belleza sin igual, una era una mujer de piel bronceada, cabello rojo y ojos amarillos. Otra era una hermosa mujer caucásica rubia de ojos naranja. La tercera era una mujer bronceada de cabello azul y ojos rojos. Y por último una mujer rubia de ojos grises y piel blanca.
Mientras estas mujeres miraban a las mujeres presentes como basura, miraban a Ethan con amor y devoción dignas de una fanática por su idol.
Luego por un segundo Ethan que estaba junto a Ishizu sintió su mirada.
Ellas sonrieron de forma expectante y finalmente la visión terminó.
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Ethan se tambaleó y parpadeó confundido.
Ishizu apoyo sus manos y cabeza en el hombro de Ethan.
-¿Lo viste?, ese es tu futuro. Lo tienes al alcance de tú mano... Y solamente tienes. Que tomarlo-.
Los susurros de Ishizu fueran una dulce tentación.
Entonces el destino fue sellado. No sólo de Ishizu e incontables mujeres, si no que también del mundo, el tiempo y el espacio.
La Ishtar jadeó cuándo Ethan agarró sus hombros y la forzó a bajar hasta la altura de su cintura.
Ishizu gimió mientras desabrochaba los pantalones de Ethan y los bajo junto a sus calzoncillos.
Entonces sus ojos se encontraron con un enorme pene y 2 grandes bolas.
Grabó la imagen frente a ella en su corazón.
El enorme pene cubierto de furiosas venas que transportaba sangre caliente, 2 bolas del tamaño de un par de toronjas y llenas de espermatozoides listos para embarazar a perras.
El olor fue embriagador y adictivo, su boca empezó a salivar.
Finalmente beso el pene aún costado y empezó a lamerlo.
Ishizu hizo lo mejor que pudo para limpiar el pene de Ethan y cada segundo que pasaba lamiendolo, ella se volvía más y más adicta al sabor.
Finalmente se detuvo en el glande dónde le dio un beso.
Entonces poco a poco empezó a tragarlo. Una virgen como ella no tenía experiencia así que simplemente siguió sus instintos lo mejor que pudo, teniendo cuidado de no dañarlo con sus dientes y usando su lengua para masajearlo lo mejor posible.
-Eres una perra inútil, así no se hace. ¡Es así!-, con un gruñido Ethan agarró la cabeza de Ishizu y la forzó a bajar.
Ishizu empezó a llorar, le dolía la quijada por la mamada, su suave cabello era utilizado como un soporte de agarre para que pueda ir más profundo en su mamada, ella se sentía mal por no complacer correctamente a Ethan.
Nunca se le ocurrió salir con alguien, así que nunca beso a nadie, y definitivamente nunca tocó a un hombre de esta manera ni se dejó tocar. Ethan era su primero en todo y si bien sabía que era lo correcto penso que como mínimo debió haber estudiado viendo porno para tener un conocimiento básico en el sexo.
Pero había estado ocupada con algunas cosas y estaba demasiado emocionada como para esperar.
-Eso, así debería de ser. Una chica rica japonesa arrodillada y venerando mi pene-.
Ethan forzó a Ishizu a ir más profundo, ignoró las lágrimas y movió sus caderas para profundizar en su garganta.
-Vamos mírame a los ojos. No apartes la mirada-.
La mirada de Ishizu se conecto con la de Ethan, mientras algunas lágrimas, pero en sus ojos había amor, lealtad, seguridad y lujuria.
-¡Mierda!, ¡Eso es, me vengo!, ¡Tómalo todo perra japonesa!-.
Entonces Ethan se vino dentro de la boca de Ishizu. Ella gimió y trató de tragar todo.
Semen se deslizó por su boca y calló al suelo.
Ishizu retrocedió y tosió escupiendo semen mientras respiraba pesadamente en busca de aire.
-E-egipcia-, dijo Ishizu mientras levantaba la vista y con una sonrisa dijo, -Soy una perra egipcia-.
Con una sonrisa Ethan le acarició la cabeza, -Bien dicho, ahora se útil y lleva tu trasero a la cama-.
Relamiendose los labios Ishizu se levantó y subió a su cama.
Apoyo sus manos y rodillas en la cama y levantó su culo tan alto como podía, y con orgullo lo sacudió.
Ethan se acercó y le dio una bofetada, esto provocó un gemido de Ishizu antes de recibir otro y otro y otro, el culo se Ishizu temblaba con cada nalgada y sintió un pequeño ardor.
-Perra simplemente presumes de un culo sucio-.
Ethan sonrió con burla mientras escupía al culo de Ishizu.
Llevando sus manos a las nalgas de Ishizu, Ethan las sacuido y las separó dejando ver tanto el ano como la humeda vagina de Ishizu.
La propia Ishizu se inclino y levantó su culo para una mejor vista.
Con una sonrisa Ethan sujeto con firmeza el culo de Ishizu y de una lenta estocada empezó a reclamarla como suya.
Ishizu jadeó mientras sentía el miembro de Ethan entrando poco a poco, mordió las sábanas y gimió cuándo Ethan llegó a su himen.
Ethan sonrió y finalmente atravesó la barrera de la castidad de esta mujer.
-¡Oh por los Dioses!-, aferrándose a las sábanas, Ishizu grabó este momento en su corazón como uno de los momentos más importantes de su vida.
-Mierda, estás apretada-.
-S-sí, e-eres mí primer en todo-, Ishizu sollozo mientras Ethan reanudaba suavemente sus envestidas.
El pene de Ethan fue bañado con el semen y la sangre de Ishizu y sonrió confirmando que tomó a una virgen.
Aumentando el ritmo él se burlo, -¡Ja!, ¡Mírate!, ¡Las mujeres egipcias no son más que unas putas!, ¿¡Qué ocurre!?, ¿¡No saben como complacer mujeres en tú país!?-.
Ishizu gimió, no lo entendía pero encontró emoción en las palabras de Ethan y no pudo evitar unirse, -N-no... No pueden... Complacer a putas... Como nosotras. Por ho-hombres como, ¡Oh Dioses se siente bien!-, Ishizu no pudo evitar jadear cuándo Ethan empezó a ir más profundo.
También se sintió extraña, como si algo fuera a salir.
-¿¡Quién te dijo que detuvieras!?, ¡Continúa o me largo!-.
Entrando en pánico Ishizu continúo, -¡Perdona a esta puta!, ¡Por favor perdóneme Master!, ¡No me abandoné!, ¡No podré vivir conmigo misma si pierdo esta oportunidad!-.
Ethan la sujeto del cabello y la atajó hacía él, -¡Entonces habla!, ¡Dime lo patético que son los hombres egipcios!-.
-¡Ellos...!. ¡Ellos tienen pequeños penes y no pueden complacer a mujeres!-, Ishizu jadeó y corrió.
-¡Bien!, ¡Buen inició!, ¡Aquí tienes tu recompensa!-.
Ethan se sujeto con fuerza de las caderas de Ishizu y se hudió lo mejor que pudo y se vino dentro de Ishizu.
La mente de Ishizu se puso en blanco, algo caliente y espeso entró por su vagina se sintió... Increíble.
La cantidad de semen disparada por Ethan fue suficiente para expandir ligeramente el estómago de Ishizu.
-Bien, ahora limpia mi pene-, dijo Ethan pero vio que Ishizu no se movía.
En un vistazo más cerca o descubrió que se había desmayado.
-Maldita sea, ¿En serio te desmayarte por un creampie?-.
Él se decepcionó, tendría que entrenar a Ishizu o de lo contrario sería simplemente aburrido.