Los días que siguieron fueron relativamente pacíficos y rutinarios con Naia despertándose cuando quería, bajando a comer cuando tenía hambre e yendo por los jardines en su tiempo libre.
También charlaba un poco con Harold, la única persona a la que se le permitía hablar con ella más de una frase a la vez.
Para ser sincera, era un poco solitario, especialmente porque sabía que Harold estaba súper ocupado y realmente no quería hablar mucho tiempo con él tampoco.
También quería preguntar cuándo podría salir afuera. Quería ver por sí misma cómo iba la misión.
—Debería haber una campaña de limpieza ahora, ¿verdad? ¿Por qué no podría unirse?
Le preguntó estas cuestiones a Harold, pero él contestó vagamente. —Le dijo que le iba a preguntar a Tadeo, pero nunca volvió a ella con una respuesta. De igual manera, cuando ella le preguntaba directamente a Tadeo, él le decía que quería estar con ella y le pedía que esperara a su regreso.