Thorton Elrod tenía un aspecto terrible.
Su cabello era un desastre y tenía los ojos inyectados en sangre. Su piel era pálida como la de un espectro, adhiriéndose a sus huesos como si hubiera estado hambriento por semanas y estuviera al borde de la muerte.
Cuando el sonido de la puerta al abrirse resonó por la sala, él apenas se inmutó. La transpiración causaba que su cabello se pegara contra su frente, y su flequillo cubría una buena parte de sus ojos impidiendo una visión clara. Solo cuando levantó la mirada vimos que—no había luz en sus ojos. Parecía como si ya hubiera renunciado a la vida.
—Le dieron un calmante, así que es seguro acercarse a él —dijo Darach, señalando a su padre como si no fuera más que un mero animal en el zoológico.
—¿Alterará el contenido del veneno? —preguntó Damon, levantando una ceja.