```
—Oh, tienes ojos, no lo había notado —repliqué yo, con las manos apretadas tan fuerte que mis uñas estaban clavando medias lunas en la piel de mis palmas.
—Bueno, estabas bastante distraída por los otros atributos de Damon —Blaise sonrió de manera encantadora—. Es un error común que se comete, te lo aseguro. A su lado, los ojos de Damon relampaguearon de disgusto ante mi respuesta sarcástica.
Aspiré una profunda respiración, cerré mis ojos mientras contaba mentalmente hasta diez para no hacer algo tan fútil como saltar sobre la mesa y estrangular el grueso cuello de Damon con mis propias manos.