Erik soltó un suspiro de alivio.
—Gracias —dijo.
Ned asintió y luego Erik caminó hacia donde las escaleras volvían a cubierta.
Se detuvo junto a su lobo.
—Quédate con ella, chico —Erik dijo al lobo gris—. Protégela.
El lobo suspiró suavemente y luego Erik acarició su pelo y el muy grande lobo caminó hacia donde estaban Ned y Jazmín.
Ned se tensó cuando el lobo se le acercó.
—Él no te hará nada —Erik respondió a la pregunta que sabía que ya estaba en la mente de Ned.
Ned suspiró aliviado aunque seguía tenso.
—A menos que le des una razón para hacerlo —Erik agregó.
Ned se alertó y luego Erik, cómodo de haber entregado su mensaje, subió las escaleras hacia la cubierta.
Cruzó el barco y pasó junto al capitán todavía tumbado en el suelo.
Los hombres no habían hecho nada para ayudarlo y definitivamente aún estaba vivo.
—Siéntanse libres de ayudarlo si así lo desean —Finalmente Erik dio la autorización.
Y luego bajó a donde estaba el cocinero.