—He sido cuidadosa —Tang Yuxin bajó la cabeza, aun intentando sacar su mano, pero parecía que para un hombre excesivamente narcisista, él no permitiría tales acciones.
—¿Por qué no me llamaste? —Qin Ziye había estado esperando su llamada todo el tiempo, pero nunca recibió una. Se dijo a sí mismo, las defensas de esta pequeña chica son tan fuertes. Sin embargo, fue afortunado haberse encontrado con ella hoy. Parecía que venía aquí a menudo.
—No tengo nada que decir —Tang Yuxin finalmente sacó su mano, colocándola detrás de ella. Todavía no estaba acostumbrada a estar tan cerca de un hombre.
Qin Ziye no la forzó más. Él puso su propia mano en su bolsillo, pero sus yemas aún tenían un débil aroma persistente de ella.
—Puedes llamar aunque no haya nada que decir —Qin Ziye sonrió.
—Mi nombre es Qin Ziye, hombre, 24 años, tengo una pequeña empresa, extremidades completamente funcionales, en buena salud, no fumador, no bebedor, sin malos hábitos.