—¡Beca!— El sonido de golpes me despertó en medio de la noche y, con mucha desgana, me levanté de la cama y me dirigí hacia la puerta principal. A las 2:00 de la mañana, más vale que haya una buena razón para que alguien me despierte, pero cuando miré por la mirilla, me quedé en shock.
Allison estaba al otro lado, golpeando la puerta con el puño como si fuera dueña del lugar y quisiera entrar. Ya había terminado con sus tonterías y, más que nada, solo quería que me dejaran en paz.
Abrí la puerta y la miré con el ceño fruncido y los puños cerrados. —¿Qué carajo quieres?
—¡¿Qué quiero?! ¿Qué carajo estás haciendo en mi apartamento? Ella se burló, tratando de pasar a mi lado.
El sentimiento de ira se desbordó en mí y finalmente ya había tenido suficiente.
Empujándola hacia atrás, la vi tropezar. —¡Me agrediste!— ella gritó. —Soy-—