Xu Shihan y Cui Ying no prestaron atención a Ren Feicheng, sino que continuaron mirando hacia afuera, algo distraídas.
En ese momento, Ren Feifan sintió un inmenso dolor en el corazón e incluso quiso precipitarse sin dudarlo, pero sabía que su conciencia estaba adherida a una grulla de papel y no era rival para Ren Feicheng. Incluso podría exponerse.
Aunque Ren Feifan quería lanzarse al ataque innumerables veces, aún reprimió el impulso.
En este preciso instante, el cuerpo real de Ren Feifan, lejos en la oficina de la Secta Santo, sudaba profusamente, con venas resaltando por todo su cuerpo, causando que los campos magnéticos del espacio circundante se volvieran caóticos instantáneamente.
La furia de Ren Feifan no era algo que las personas ordinarias pudieran soportar.
La escena cambió de nuevo al calabozo de la Familia Ren.
Ren Feicheng sacó un libro de la estantería, le dio un fuerte sacudón, y al instante una nube de polvo se levantó.