—Maestro Yang, tienes todo el derecho de elegir negarte —dijo ella.
—Hehe, si realmente me niego, sería tan embarazoso —se burló él—. La Santa Niña de Jinling ha considerado todo tan minuciosamente. Si tienes demasiado miedo de hacer la prueba, ¿qué tan hipócrita sería eso?
—Hoy en día, es realmente poco confiable determinar la edad por la apariencia —comentó otro personaje—. Muchas personas usan elixires para mantener su aspecto juvenil, es bastante común.
La Santa Niña de Jinling también tenía curiosidad. Precisamente por su curiosidad eligió pedir prestada la Vara de Sangre Dorada. En cuanto a la verdadera edad de Yang Chen, ella no lo sabía, pero desde la perspectiva de una espectadora, ya había hecho todo lo posible para ayudar a Yang Chen a salvar las apariencias. Si aún así no se atreve a aceptarlo, perdería el apoyo de todos, y eso no tendría nada que ver con ella. Después de todo, ella no tenía ninguna obligación de considerar por completo la situación de Yang Chen.