Fenny Marshall pareció aparecer de la nada al lado del hombre musculoso, quien, muy sobresaltado, lanzó un rápido triple puñetazo hacia ella.
¡Golpe!
Con una voltereta Fenny Marshall esquivó los puñetazos del hombre musculoso, mientras pateaba con su dura espinilla la espalda de él. Con un rápido contraataque, logró derribar al hombre musculoso al suelo.
¡Zumbido!
Las mandíbulas de la multitud cayeron en choque, seguido por exclamaciones espontáneas.
Nadie anticipó que tal delicada belleza pudiera fácilmente golpear a un hombre grande y voluminoso, dejándolo golpeado y magullado.
¡Qué vista tan jodidamente impresionante!
Fanny, ostentando su cabello hasta los hombros, se volvió hacia el árbitro y dijo con indiferencia:
—Parece que el ganador de esta ronda ha sido decidido.
La voz de Fenny era muy suave, difícilmente discernible si uno no estaba escuchando atentamente. Sin embargo, el dominio audaz en su tono era inconfundible incluso para un tonto.