—Vamos, rápido ¡Acelera! —me gritaba el tipo en el asiento de copiloto.
—¿Qué crees que hago? Si acelero más nos vamos a matar, idiota.
—Prefiero morir a ir a prisión otra vez —este no paraba de ver hacia atrás, me estaba sacando de quicio.
—Relájate, ya los perdimos.
—Oye tú, el nuevo ¿Metiste bien todos los maletines en el baúl? —se dirigió ahora al tipo que iba en el asiento de atrás.
—Si, el dinero va sano y salvo ahí atrás.
—Buen trabajo ¿Qué tan lejos estamos del refugio?
—Como a 8 minutos, estaremos ahí enseguida.
—Excelente —respondió el tipo en cuestión por fin relajándose y sentándose bien en el asiento de copiloto— Y dime ¿Ya sabes que harás con todo tu parte?
—Pagar mis deudas, amigo, luego si me queda algo se lo daré a mi familia y el resto me lo quedaré para darme algún que otro gusto.
—Jajaja ese es un buen plan. ¿Qué me dices tú, nuevo?
—No sé todavía, pensaba apostar algo para poder sacarle ganancia.
—No me jodas ¿En serio te vas a arriesgar a perder parte de tu botín?
—Quiero hacer que mi dinero trabaje para mí, tenerlo muerto no me servirá de nada.
—Estás loco, mano. En fin, ya deberíamos estar cerca del refugio.
Una vez este tipo guardó silencio pude concentrarme completamente en la carretera, al hacerlo pude notar una especie de silueta en el medio de la calle a lo lejos, por la distancia y la casi nula luz no pude distinguir bien de quién o qué se trataba.
—¿Qué mierda es eso?
—Yo que voy a saber, no logro ver bien.
—¿Qué hacemos? —preguntó el de atrás.
—Atropéllalo.
—¿Estás pendejo? No me voy a arriesgar a joder el auto o llamar la atención de alguien que pueda estar por aquí.
—¿Quién va a estar en la calle a estas horas, idiota? Arróllalo, nadie nos va a ver, si las cámaras nos captan vendrán a recoger los restos del que esté ahí.
—Lo que sea que piensen hacer háganlo ya —alertó el nuevo.
Cuando la conversación terminó ya tenía al sujeto bastante cerca para distinguirlo, era un tipo con ropa negra y una máscara algo extraña, me daba muy mala espina, así que no tuve más opción que intentar pasarle el auto por encima, y justo cuando estaba a punto de arrollarlo el tipo dio un salto increíble para pasar sobre el auto.
En el medio del salto el sujeto dejó caer unas esferas con púas o algo por el estilo, no sé con certeza que eran, lo que sí sé es que al pasar sobre ellas todos los neumáticos del auto explotaron y perdí el control del mismo por completo, como pude intenté darle algo de dirección, pero fue inútil, acabamos estampándonos contra un poste de luz que había por ahí.
El auto estaba completamente inservible, nosotros estábamos ilesos dentro de lo que cabe, más allá de alguna contusión o golpe no teníamos nada que nos impidiera salir del auto, así que nos dispusimos a escapar a pie, cuando logramos salir nos topamos de nuevo con ese tipo, estaba justo detrás de nosotros, en cuestión de segundos estaba detrás de nosotros, observándonos sin decir nada.
—¿Pero qué carajo...?
—Vamos, imbéciles, sus armas.
Enseguida buscamos nuestras armas para poder apuntarle al tipo, las tomamos y cuando regresamos nuestra vista adonde él estaba este ya no se encontraba ahí, se había esfumado.
—¿Qué? ¿Dónde está ese engendro?
De la nada escuché un ruido extraño, al voltear vi como el sujeto había caído encima del nuevo para noquearlo por completo, y como en un rápido movimiento empezó a pelear con nosotros.
Logró desarmar al otro, y empezó a pelear a puño limpio contra él.
—¡No te quedes viendo como idiota! ¡Dispárale, pendejo!
Dicho y hecho, le apunté con mi arma y di unos cuantos disparos, y lo que pasó no lo podía creer, le disparé 5 veces y esquivó todos los disparos, TODOS los malditos disparos.
Mi compañero intentó aprovechar esa distracción para arremeter contra él, pero fue inútil, el tipo ya estaba nuevamente en guardia y haciéndole una especie de llave logró dislocarle el brazo a mi compañero y neutralizarlo por completo, se encontraba atrapado.
—¡Vete, cabrón! ¡Llévate el dinero y vete!
Al instante corrí lo más rápido que pude, tomé los maletines con el dinero y me alejé de ahí, volteé hacia atrás solo para ver como el tipo había noqueado a mi compañero y lo había dejado junto con el otro encima del auto.
Seguí corriendo, sentía como el tipo iba en mi caza, no iba a dejar que me fuera, tenía que perderlo como fuera. Lo intenté, con todo y el entumecimiento que tenía por el choque, pero no llegué demasiado lejos, cuando me di cuenta ya tenía al tipo frente a mí, así que le apunté con mi arma para amedrentarlo.
—Alto ahí, fenómeno, no debiste venir desnudo a una pelea con armas —le grité mientras le seguía apuntando.
—Una pelea con armas no es una pelea real, imbécil —me habló el sujeto con una voz ronca.
—Esto no es una película de artes marciales, estúpido.
Y justo cuando me dispuse a matar a este tipo jalando del gatillo descubro que me había quedado sin balas.
—Parece que si será una pelea de verdad al final.
Carajo.
...
—Después de eso no recuerdo mucho, solo sé que vine a parar aquí y les estoy contando esto.
—Entiendo, gracias por la información.
Al terminar de anotar todo en mi libreta, llamé al doctor para que viniera a asistir al arrestado y así salir de la sala y volver al pasillo donde mi compañera me estaba esperando.
—Y bien ¿Qué te dijo?
—Por lo que me contó estoy 95% seguro que se trata nuevamente de nuestro muchacho.
—¿95% seguro?
—¿Te parece poco?
—Hombre, se me ocurren pocos sospechosos que tengan el mismo modusoperandi que nuestro vigilante entusiasta.
—¿Cuántos?
—Ninguno, por eso me parece poco 95%, es él, estoy segura de eso.
—Bueno, a juzgar por lo que el sujeto me contó y viendo las heridas de los otros dos creo que lo subiré a 99%
—Wow, que perspicaz eres.
—Joder, que eres agente, ¿No aprendiste en la escuela de policías que nunca debes dar todo por seguro?
—Claro que recuerdo eso, pero es que no sé qué más indicios necesitas, las heridas y lesiones de los arrestados, el testimonio de los 3 coincide, todos hablaron de un tipo de negro con una máscara extraña que detuvo su auto y les dio una paliza en un abrir y cerrar de ojos, tiene que ser Anubis.
—Bien, bien, tú ganas, si con eso me dejas en paz te daré la razón.
—Ah no, no quieras jugar esa carta conmigo, sabes que no funciona.
—¿Quién dice que no funciona?
Mientras hablábamos íbamos saliendo del hospital para dirigirnos a nuestra patrulla que estaba estacionada en el área designada, la plática siguió cuando estábamos en el auto.
—Solo digo que debemos tener cuidado con este tipo.
—Obvio, pero no puedes negar que nos ha ayudado bastante.
—No nos ha ayudado en nada, Anne, que en su delirio de vigilante haya atrapado a varios criminales no lo convierte en un héroe.
—Por Dios, Alex, no tienes que ser tan cuadrado todo el tiempo, no todo está escrito en un libro, hay casos tan complejos en los que tienes que pensar fuera de la caja, imagina que ese tipo se aliara con el departamento.
—No me jodas, ¿En serio confías tanto en un desconocido?
—No confío en él, digo que es mejor asegurarnos que lo tenemos de nuestro lado y no en nuestra contra.
—Como digas.
Mientras la plática seguía arranqué el auto y puse marcha hacia la jefatura, en el camino Anne siguió hablando de su loco plan de unir a ese vigilante a la fuerza policial.
—Imagina que él pueda ser nuestro Batman y nosotros podamos ser su Jim y Bárbara Gordon.
—Creo que debes dejar de leer comics mientras hacemos vigilancia.
—Ni al caso, mi plan es bueno y lo sabes.
—Si tan segura estás de eso por qué no le dices a Costigan a ver qué te dice.
—Pues mira, hablando del rey de Roma —dijo Anne mientras mostraba su celular en el que se veía una llamada entrante del Teniente Costigan.
—Contesta y ponlo al altavoz.
Dicho y hecho, contestó la llamada para ver qué tenía que decirnos.
—Murphy, Lewis ¿Qué me tienen?
—Los 3 arrestados por fin despertaron, están estables, con algunos moretones, heridas y fracturas, pero están enteros, nos dieron su testimonio de lo que pasó, los 3 coincidieron en que una extraña figura de negro con una máscara extraña los hizo chocar, los neutralizó y los dejó inconscientes.
—Tenemos reportes de otros crímenes menores cercanos al área del incidente que fueron detenidos, por los testimonios presumiblemente por el mismo sujeto.
—Creo que es obvio lo que tenemos entre manos señores, Anubis sigue suelto y no hemos podido dar con algún otro indicio de quién es o de qué busca haciendo lo que hace, poco a poco está subiendo puestos en la lista de orden y captura, se está volviendo más y más peligroso y errático, no sabemos hasta dónde es capaz de llegar, les encargo a ustedes seguir indagando en el asunto y me tengan avances para el final de la semana ¿Entendido?
—Entendido jefe.
—Excelente, cambio y fuera —dijo para colgar la llamada.
—Creo que le encantaría tu plan, Lewis jajaja.
—Cierra la boca, no tengo problema con atrapar a Anubis, así sería más fácil obligarlo a que coopere con nosotros.
—Ah claro, veo lo que dices.
—¿En serio?
—No.
—Agh, que odioso eres.
—Joder, alguien tiene que encargarse de la comedia aquí, sino todo sería aburrido.
—Como digas, espero mantengas ese buen humor cuando lleguemos a la jefatura, hay mucho trabajo por hacer.
—Si patrona, y luego el odioso soy yo.