—Zhihan, ¿cómo te sientes? ¿Tienes dolor de cabeza? —Lin Lanzhi le preguntó con delicadeza.
—Es bueno que hayas despertado, si no, yo no habría podido aguantar más tiempo.
—Descansa bien, recupérate bien, el médico dijo que la cirugía fue muy exitosa, no debería haber complicaciones.
—Verdaderamente, los ancestros deben haber estado velando por nosotros, gracias al cielo.
Lin Lanzhi no dejaba de hablar.
Los demás también estaban muy felices, cada uno preguntando sobre la condición de Ji Zhihan.
Ji Zhihan frunció el ceño, intentando tocarse la cabeza.
Al moverse, sintió un dolor implacable.
—Zhihan, no te muevas, ten cuidado de no lastimarte la cabeza, el médico dijo que acabas de ser operado, necesitas descansar más —Lin Lanzhi le dijo apresuradamente—. Si necesitas algo, solo díselo a mamá, y yo lo conseguiré para ti.
Ji Zhihan simplemente la miraba, la observaba inexplicablemente.
—¿Qué pasa? —Lin Lanzhi también sintió que la mirada de su hijo era algo extraña.