—Supongo que hoy entrenaré contigo.
Elliyana resopló.
—Que suerte para mí, supongo.
Allura se rió entre dientes.
—¿Suerte para ti?
Elliyana entrecerró los ojos mientras inclinaba la cabeza.
—¿Cómo es 'suerte' para ti, 'Señorita' Allura?
—¿Hmm? Tendré la oportunidad de entrenar con una prodigio reconocida, por supuesto que es suerte para mí, ¿no es así?
Allura respondió.
—¿Por qué siento que no dices lo que piensas? —preguntó Elliyana.
—Vamos, Elliyana, no actúes como una niña.
Obviamente, no dije lo que pensaba.
Fue sarcasmo, ¿realmente crees que eres una prodigio conocida?
Allura resopló mientras se reía de ello.
—…
Ellinger entrecerró los ojos.
Su boca se retorcía de frustración.
—Eres obviamente más que solo una prodigio conocida, eres la esperanza de todos los súcubos.
Allura sonrió.
—¿Eh?
—Esperanza de que nunca vean a alguien como tú.
—¿Qué dijiste-