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—El campamento de la expedición estaba lleno de un silencio inquietante, ya que todos los que podían, montaban guardia con sus armas desenfundadas —empezó el narrador—. Al principio, cuando Ptolomeo y los demás partieron, todo era normal. Pero cuando comenzó la guerra, el primer objetivo de Goli fueron los humanos.
—Enfrentaron un asalto como ninguno que pudiera situarse entre las mayores leyendas de la historia humana. Bestias, árboles, llamas, todos los asaltaron con una pasión hasta entonces desconocida. Pero contra todo pronóstico, con la furia del mundo en su contra, los humanos se unieron y demostraron su resistencia. No había temor a la muerte en sus ojos mientras combatían a la horda que no tenía fin, no había reticencia, solo el valor central que todos los humanos de este reino llevaban grabado en sí desde su nacimiento. Si iban a morir, entonces el enemigo moriría con ellos.