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El tercer juego en la Posada de Medianoche empezó con un ánimo pesado. No solo la ubicación era un desierto, sino que una tormenta de arena se desataba. No había visibilidad y no había forma de que Alejandro desplegara su satélite con este clima. Eso sin mencionar que aún no se había recuperado completamente de su herida anterior. Para rematar, en el ataque sorpresa que Pramod había llevado a cabo sobre los soldados Jotun con la maldición, más de 300 de ellos habían muerto y 800 estaban críticamente heridos. Crawford-41 también estaba entre los soldados fallecidos.
La única cosa ligeramente positiva era que Pramod ya no se unía a los juegos y ya se había ido.
—Busquen refugio —dijo Alejandro a sus poco más de 600 soldados restantes—. Demasiados de ellos habían sido críticamente heridos y ya no podían luchar por ahora. —Nos vamos a atrincherar y esperar a que esto pase.