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—¡Realmente puedo entenderlos! —Nial estuvo a punto de exclamar.
No podía entender el idioma que hablaba el Elfo, pero podía descifrar el significado detrás de sus señales con las manos.
Esto era bastante emocionante, incluso más porque Nial sabía que no conocía la mayoría de las señales con las manos que el Elfo había hecho.
—¿Cómo puedo entenderlo, sin embargo? —Nial podía percibir claramente el más leve rastro de maná que circulaba a través de las manos del Elfo.
Esto hizo que fuera más fácil para Nial visualizar su mano y cada detalle sobre ella.
Sin embargo, lo que Nial aún no había entendido era que los movimientos de mano y las señales que el Elfo hacía no eran los únicos medios de comunicación.
El Elfo usaba tanto sus movimientos de mano como su maná de una manera precisa para transmitir su mensaje a Nial.
El maná tenía su propio lenguaje, y solo aquellos amados por el maná podían entenderlo.