Cada vez que las personas entraban en el Dominio de los Caídos, los Monstruos detectaban un leve ondulación en el aire.
Eso les indicaba que los Humanos habían regresado una vez más y era hora de morder a algunos de ellos otra vez.
Todos los monstruos dentro del Dominio de los Caídos tenían sus propias agendas y no estaban aliados entre sí. Todos ellos eran cazadores y se cazaban mutuamente, lo que significaba que no debían involucrarse en una batalla prolongada y herirse, o de lo contrario, sus rivales los cazarían.
Cada vez que los adolescentes entraban, los Monstruos se ocultaban en diferentes lugares a lo largo de la ruta que normalmente tomaban para emboscarlos.
Además, se aseguraban de mantener una distancia prudencial entre ellos, evitando que otros monstruos se aprovecharan de ellos.