—¡T-Tú! —Orobak solo pudo fulminar con la mirada al Medio Elfo incluso después de darse cuenta de que había caído en una trampa. —¡Me engañaste!
Debido a su único objetivo de matar a Barca y al Medio Elfo frente a él y a lo tenue del entorno, no prestó demasiada atención al suelo ni se dio cuenta de lo que sucedía a su alrededor.
Cuando cayó en el agujero fangoso, solo entonces comprendió que este era el verdadero objetivo que sus enemigos perseguían.
—¡Sucios Semi Sangre! —gritó Orobak enfurecido al sentir su cuerpo hundiéndose lentamente en el suelo. —¿Crees que esto puede detenerme?
Ahora, el cuerpo de la Cacique Orco estaba enterrado solo hasta las rodillas. Aunque fue tomado por sorpresa, la situación no era irremediable. Orobak planeaba usar su superior fuerza para impulsarse fuera de la arena movediza, usando una habilidad similar al salto de Diablo.