El Hechicero Infernal miró fijamente a Gabriel, creyendo que era él quien lo había atacado anteriormente. Estaba furioso. A lo largo del tiempo, aún no había dicho nada. Dejando de lado hablar; tampoco hizo un solo ruido, a pesar de estar tan enojado.
Gabriel frunció el ceño, teniendo una extraña sensación ante la reacción de este tipo, especialmente ya que tampoco respondía.
—¿Quién... o mejor dicho, qué eres tú? —preguntó de nuevo, solo para recibir el silencio como respuesta.
El Hechicero Infernal señaló a Gabriel mientras sus ojos sin emoción echaban un último vistazo a la persona antes de ser destruido.
Thud~
Con un ruido sordo, el Hechicero Infernal cayó abruptamente de rodillas, sosteniendo su cabeza que sentía como si estuviera a punto de estallar. Justo cuando estaba a punto de atacar a Gabriel, ese extraño dolor llenó su cabeza, abrumándolo.
—¿Estás bien? —Gabriel se acercó corriendo al Hechicero Infernal—. ¿Qué te pasó?