Lelin también se sentía algo incómodo, pero conservaba la calma. No dejaba que su inquietud se reflejara en su rostro.
Finalmente todos los estudiantes estaban dentro del Museo de los Elementos. La primera capa del Museo contenía las reliquias del pasado. Eran ligeramente menos importantes que los tesoros centrales de la Academia, pero seguían siendo una parte esencial de la historia.
El grupo de estudiantes de primer año que acompañaba a Noel se detuvo detrás de él. Delante de ellos había un pedestal de concreto. Sobre este, se podía ver un casco oxidado cubierto por un vidrio mágicamente reforzado.
—¿Alguna idea de a quién perteneció este casco? —preguntó Noel, sonriendo—. Fue usado por una persona muy especial en su batalla... Por alguien que cambió el mundo a su manera.
—¡La Corona del Rey! —Tanto Caen como la Princesa Elia hablaron al mismo tiempo.