En el silencio que se instaló sobre el campo de batalla, Kaizen se erigía como el epítome de un líder cuya carrera estaba tejida de logros notables.
La solemnidad que cubría sus movimientos otorgaba a la sala una atmósfera de reverencia, pues era el primer jugador en alcanzar la cima del nivel 200.
Mientras unas pocas partículas de luz danzaban alrededor de sus dedos, Kaizen se sumergió en sus propios recuerdos y los momentos que lo habían llevado hasta ese punto.
Como si fuera ayer, Kaizen recordaba perfectamente el día en que fue a cazar Mantises Garra de Acero. Ese día también conoció a Klank, con quien a menudo intercambiaba ítems por un precio más bajo que en el Mercado Mundial, pero el dinero era mucho más rápido de obtener de esa manera.