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Hace casi diez años, el apodo Kaizen se hizo mundialmente conocido en el nicho de los videojuegos, que, aunque grande, no era tan grande como los deportes tradicionales.
Inicialmente, Kaizen atrajo la atención por ser el jugador de videojuegos profesional más joven de la historia. Tenía solo 13 años y ya competiría en la misma categoría que hombres y mujeres mayores de 20. Por supuesto, no faltaron personas que lo criticaron y dudaron de él en ese momento, pero a él no le importó, solo quería jugar entre los mejores.
En un mundo donde las redes sociales eran el gran auge del siglo XXI, todos los jugadores profesionales y prodigios ya eran famosos, solo Kaizen era un completo desconocido y esto causó extrañeza en el público y en la escena profesional.