—¿Por qué coño siempre soy yo el que va contigo en misiones jodidamente peligrosas? —dijo Sebastián en protesta mientras desahogaba contra Max que había sacado a Sebastián de su cama temprano en la mañana para alguna misión no revelada—. Ayer mismo estaba bebiendo vino fino, bailando... Cantando... ¡Feliz! Pensé que este es el momento en que mi vida cambia para mejor, el momento en el que no tengo que ir a aventuras porque mi chico es un Señor, pero no... 2 jodidos días después, y aquí estoy en una Fragata Titus con 15 soldados y tú sin Anna o Asiva porque consideraste la misión demasiado peligrosa para que nos acompañaran, pero aún así me llevas a todas partes aunque solo sea un pequeño enano.