—¿Un tesoro, eh? He oído hablar de ellos. Tesoros naturales que pueden rivalizar con los dioses... —Clance cayó en la reflexión—. Un tesoro así era algo que su Maestro debía tener.
—En efecto, son poderosos, pero muy difíciles de obtener. Creo que solo tu familia, los elfos y los orcos tienen esos tesoros —a Lillia le disgustaba admitirlo, su familia en efecto tenía uno, pero se había perdido en algún momento.
—Nunca he oído hablar de tal tesoro. Quizás sea algo que solo el emperador y la emperatriz sabrían. Como la hija de una concubina, no soy más que un obstáculo en el camino al trono. Hermana Lillia, el Maestro, mencionó algo sobre mi hermana. ¿La ha conocido antes? Pensé que él era un humano de la nueva era —Clance tenía curiosidad sobre esto. No sabía por qué Blake conocería a su hermana, quien nunca se presentaba delante de los demás.