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—¿¡Qué?! —exclamó Julián, sorprendido.
Como era de esperar, todas las personas alrededor de la mesa miraron a Julián con sorpresa, observándolo como si hubiera dicho la cosa más escandalosa del mundo.
Luego, desde su perspectiva, las palabras del hombre eran de hecho bastante escandalosas.
Después de todo, la mayoría, si no todos los que se habían reunido alrededor de la mesa, eran lo mejor de lo mejor en lo que respecta a sus respectivos reinos.
Con eso, habían interactuado con cientos y cientos de equipos a lo largo de sus vidas hasta ahora, siendo los más raros entre el equipo con el que se encontraron apenas alcanzando un valor que aumentaba su estadística en más de cien puntos.
—¿Y Julián les estaba diciendo que había un conjunto de armadura que podía hacer eso? ¿Y para todas las estadísticas? —dijo alguien, incrédulo.