El Ministro William los acompañó hasta un gran salón donde se había dispuesto una larga mesa única con un trono en la cabecera y docenas de ministros en trajes formales elaborados, moviéndose de un lado a otro, esperando la señal para sentarse a la comida.
—William, cuán amable de tu parte traer a los Magi, pero ¿quién es esta encantadora joven dama? ¿Acaso el Patriarca ya encontró una consorte? Ni siquiera ha pasado un día —preguntó uno de los asistentes.
—Esa es la Investigadora Rail, quien ha sido asignada para acompañarlo durante la duración de su estancia con nosotros. Deberías reconocerla ya, ha estado investigando incidentes en el castillo durante más de una década —respondió William, y el hombre hizo un doble vistazo.
—Realmente eres tú. Mis disculpas, Investigadora. No te reconocí con ese atuendo. Dime, ¿el cambio de deberes ha llevado a un cambio de sentido de la moda? Si es así, lo apruebo de todo corazón —le dijo el hombre a Rail con un guiño lascivo.