Las chicas se sentaron, esperando pacientemente a que él despertara. Horas pasaron, y de repente, Archer gimió mientras comenzaba a moverse.
Instantáneamente, se sentó, mirando a su alrededor con ojos somnolientos. Al ver a las chicas, todas mirándolo con sonrisas emocionadas en sus rostros, observó cómo corrieron hacia él.
—¿Dónde estoy? ¿No estaba en la iglesia? —Archer habló.
Se sentía aturdido, pero pronto se le aclaró la cabeza cuando Nefertiti les ganó a las demás chicas y tomó su rostro, dándole un beso.
Archer se sorprendió por unos segundos antes de corresponder su beso, haciéndola extremadamente eufórica.
Después de un par de minutos besándose, Nefertiti se detuvo y lo miró mientras hablaba.
—¿Qué estabas haciendo, idiota? ¿Por qué estabas tan herido?
Cuando ella habló, todos los demás escucharon. Archer la miró y suspiró.