Conforme pasaba el tiempo y Rain persistía en sus intentos por romper la barrera, una creciente sensación de preocupación nublaba su mente. A pesar de sus esfuerzos durante unos diez minutos, la barrera seguía siendo tan formidable como siempre. Su espesor se hizo evidente al darse cuenta de que había cubierto una considerable distancia de docenas de kilómetros, pero apenas había hecho una mella en su estructura.
Sin embargo, después de aproximadamente quince minutos de esfuerzo continuo, un ligero cambio se hizo notorio. La barrera, que previamente se reparaba a sí misma con rapidez, comenzó a mostrar signos de enlentecimiento en su proceso de auto-restauración, ofreciendo un atisbo de esperanza en medio de la persistente lucha de Rain.
Al principio, Rain solo veía tierra dura en su camino, pero pronto comenzó a encontrar piedras y rocas también. Parecía que se estaba acercando a la superficie. Sin embargo, pronto las cosas se volvieron extrañas.