Una habilidad desconocida subió de nivel.
Un camino desconocido subió de nivel.
«Mierda...», pensó Rain y luego suspiró.
Rain no tenía tiempo de quejarse tanto... las nubes volvieron a la normalidad y los dragones de la tormenta hicieron llover rayos sobre ellos. Los dragones de la tormenta se elevaron hacia la capital, sus inmensas formas delineadas contra el cielo tumultuoso. Cada una de estas imponentes criaturas estaba envuelta en una constante cascada de chispas de relámpagos. Los rayos se arqueaban y danzaban a lo largo de los cuerpos de los dragones, tejiendo un hipnotizante tapiz de radiancia eléctrica que los rodeaba como un aura de poder crudo.
Con cada batir de sus colosales alas, arcos de electricidad dejaban un rastro tras ellos, formando una red de energía electrificante en la estela de su vuelo. Los relámpagos chisporroteaban y estallaban, delineando las formas sinuosas de los dragones con un resplandor sobrenatural.