Después de desayunar, Rain salió de la casa con su abuelo. Aún se cubría el rostro, todo para evitar que se esparcieran rumores. Aunque no era conocido en la zona, podían imaginar que los ricos tendrían ojos y oídos por todas partes.
Rain salió a los campos junto a su abuelo, listo para echar una mano con sus habilidades mágicas. El aire era fresco, llevando el aroma de la tierra recién labrada y la promesa de un día productivo por delante. Filas de cultivos se extendían ante ellos, sus hojas verdes y vibrantes se mecían suavemente en la brisa.
Mientras caminaban, Rain observó los desafíos que su abuelo enfrentaba: un parche de plantas marchitas aquí, una infestación de plagas allá. Su abuelo, un agricultor experimentado con manos curtidas y un espíritu decidido compartía sus preocupaciones y buscaba soluciones para asegurar una cosecha abundante.