—Xi Ting sostuvo la mano de Qin Yan, prometiendo a Nie Qinyu—. Papá, Yan Yan es alguien por quien he esperado mucho tiempo. Solo la valoraré y trataré bien toda esta vida.
—Nie Qinyu asintió con un suspiro—. Creo en ti.
—Qin Yan y Xi Ting estaban juntos, y al verlos, Nie Qinyu pensó que hacían una pareja perfecta.
—Nie Qinyu bajó del escenario y volvió a su asiento.
—Por otro lado, los ojos de Fang Zichen estaban hinchados y rojos de tanto llorar.
—Han Cheng rápidamente le pasó su pañuelo para que se secara las lágrimas.
—No estoy preocupada de que Yan Yan no viva bien. No me preocuparé por Yan Yan si está con el Joven Maestro Xi. Solo vivirá más felizmente —sollozó Fang Zichen—. Solo me siento sentimental. Mi hija ya ha crecido. Me perdí su infancia y justo cuando la encontré, ya se está casando.
—Han Cheng sostuvo la mano de Fang Zichen y le secó delicadamente las lágrimas. Ambos se volvieron hacia el escenario.