La Gran Dama avanzó hacia su hijo con una mirada de desaprobación, deteniéndose solo cuando quedó a unos pasos de distancia.
—Theron, ¿te das cuenta de lo que has hecho?
Aunque su rostro mostraba que estaba enojada, su tono llevaba la pura decepción que sentía por su hijo.
Theron solo la miró con ojos sin emoción, ya que no tenía nada que decir en su defensa. Era culpable y ninguna palabra era suficiente para mostrar arrepentimiento por su decisión, pero lo había hecho por una razón: era su último recurso para recuperar a su esposa.
La dama mayor no pudo soportar el silencio que recibió en respuesta. —¿Pensaste que si hacías esto, Esther volvería contigo? ¿Valió la pena, Theron?
Las palabras de su madre eran acertadas, y ella capturó el fugaz cambio de emociones en sus ojos. No pudo evitar suspirar.