Luo Zhelan soltó una suave risita. —¿Te hice preocupar? —La atrajo suavemente hacia él, envolviéndola en su abrazo—. Yo también me equivoqué. Lamento haber interpretado mal tus palabras. Tenías razón—hay veces que no necesitas que esté a tu lado.
—Pero aún así estoy agradecida —murmuró Jiang Yue, su voz ligeramente amortiguada contra su pecho.
—Lo sé —respondió él tiernamente—. Lo dejaste muy claro hace un momento.
—Pero, Jiang Yue...
—Mmm...