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Jiang Yue no pudo evitar sentir una profunda calidez que la envolvía cuando escuchó las palabras de Luo Zhelan.
Decir que estaba atónita por lo que había presenciado esa noche sería quedarse corto.
No tenía idea de que Luo Zhelan había planeado todo esto para ella, y nunca pensó que recibiría tal sorpresa en su vida.
Esperaba seguir viviendo con el odio y la culpa enterrados en lo más profundo de ella mientras la consumían. Sin embargo, aunque todavía se culpa por lo que le sucedió a su hermano, no era tan malo como había sido, y podía verse a sí misma siendo feliz, viviendo una buena vida, y todo era gracias a las personas que había conocido en los últimos meses.
Los nuevos amigos que había hecho, sus compañeros de clase, su hermana que ahora la veía más feliz que nunca, su padre que está recuperándose lentamente, y el reencuentro con su Maestro y sus amigos anteriores, son las razones por las que no deja que el odio consuma su corazón.