—No sabía que venías —murmuró Lucas, rascándose incómodamente la nuca mientras el Alfa Varleston observaba de lejos con lo que debía pensar que eran miradas sutiles.
El Alfa Varleston acababa de anunciar a su manada que Neveah los acompañaría y que Lucas tendría el honor de servir como su montura.
—Yo tampoco lo sabía —respondió Neveah, con los labios temblándole ligeramente.
A pesar de la situación, se divertía con el par de padre e hijo, especialmente el Alfa Varleston que parecía empeñado en crear una química entre ellos solo con su mirada.
—Al final de este viaje, teniéndote tan cerca y sabiendo que nunca podremos estar... mi corazón se romperá en mil pedazos y mi padre me cavará una tumba por no conseguir tu mano —señaló Lucas y Neveah rió por lo bajo.
—Desearía poder hacer algo para que esto fuera más fácil para ti —admitió Neveah con una disculpa.