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—¡Zas!
Como un meteorito cayendo del cielo, la Señora Lian cayó al suelo. Sus manos estaban torcidas en un ángulo inhumano, mientras que su pie restante golpeó el suelo con un golpe seco antes de que la región debajo de su tobillo girara ciento ochenta grados completos, lo que hizo que su pie apuntara al cielo aunque estaba tumbada boca abajo en el suelo.
La mitad de sus dientes habían salido disparados de su boca y la sangre goteaba por su mandíbula. Era una visión horrible que hacía que todos se estremecieran; aquellos que estaban pensando en pellizcar las mejillas rollizas de la pequeña ardilla dieron un paso atrás en cuanto vieron al pequeño petardo capaz de hacer grandes explosiones.
Mo Qiang miró a la Señora Lian que ahora parecía una hamburguesa humana y se acercó a ella antes de examinarla cuidadosamente.
—Manos rotas ——verificado.
—Pierna rota ——verificado.
—Dientes arrancados——verificado.