—Tú... ¿qué eres? —Nan Luo quería preguntar por qué Nan Hua estaba aquí, pero todas las palabras se le quedaron atrapadas en la garganta. Sabía muy bien que Nan Hua tenía habilidades superiores a las suyas y que ella podría protegerse mejor.
Pero eso no cambiaba el hecho de que él todavía era su hermano gemelo mayor. No quería ver a Nan Hua en este lugar donde podría resultar herida en cualquier momento.
—La tarea de Nan es protegerte, Joven Maestro —repitió Nan Hua.
Nan Luo guardó silencio.
Feng Ao Kuai estaba calculando en silencio la distancia desde el Alto Paso hasta la Ciudad Capital. Todavía faltaban unos días de viaje y, aunque Nan Hua era rápida, significaba que debió haber escuchado las noticias desde hace al menos cuatro o cinco días para poder llegar aquí en este momento.