Keira terminó estas tareas y luego empujó el pequeño carrito de María hacia adelante.
Ellis estaba atónito.
—Keira, ¿a dónde llevas a María?
Keira simplemente agitó la mano.
—A hacer una amniocentesis.
Ellis frunció el ceño.
—Incluso si realmente necesitamos hacer una prueba de ADN, la amniocentesis no es necesaria; después del aborto, el embrión saldrá...
Sus palabras hicieron que los ojos de María se enrojecieran aún más, y ella giró la cabeza hacia un lado.
Keira lo miró con el ceño fruncido.
No sabía qué decir por un momento...
¿Regañar a Ellis por ser un bastardo?
Pero ya había pasado por tres informes confirmando azoospermia; tal humillación no era algo que una persona ordinaria pudiera aceptar.
Sin embargo, el daño que infligió a María era real...
Keira suspiró, miró a María y dijo.
—No podemos esperar.
Tomaría al menos dos o tres horas para que la píldora abortiva hiciera efecto...
Esta razón hizo que Ellis frunciera el ceño aún más.