El nuevo Félix, imbuido de confianza y sin miedo, se dirigió a su turno de trabajo en el supermercado. La rutina cotidiana ahora era un campo de juego para sus habilidades mejoradas.
Sin embargo, el destino le tenía preparada una sorpresa. Al llegar al trabajo, Félix se encontró con Anaís, desatando un tenso enfrentamiento. La tensión en el aire parecía palpable mientras chocaban dos mundos que solían coexistir en la incertidumbre.
La confrontación alcanzó su punto máximo hasta que, con un suspiro, Félix decidió arrojar al pasado las barreras que los separaban. "Anaís, he cambiado. Y lo que quiero decirte es...", confesó Félix, interrumpiendo el conflicto con una revelación sorprendente.
Anaís, desconcertada, escuchó las palabras de Félix. "Te amo", expresó él, sin la sombra del miedo que antes le impedía confesar sus sentimientos.
La reacción de Anaís fue un silencio tenso. Félix, ahora más seguro pero vulnerable, instó a Anaís a compartir sus sentimientos. Sin embargo, ella, en un estado de confusión, optó por retirarse, dejando a Félix con el corazón apretado y preguntas sin respuesta.
Decidido a obtener claridad, Félix buscó a Anaís para una charla íntima. Los dos compartieron sus pensamientos y emociones en un intercambio emotivo. Cuando Anaís mencionó tener un prometido, Félix, aunque desgarrado por la noticia, mostró comprensión y respeto.
La despedida fue acompañada de lágrimas, revelando la complejidad de las emociones en juego. Félix, ahora enfrentando no solo desafíos virtuales, sino también los matices de la realidad, se quedó reflexionando sobre el cambio inesperado que la Virtualidad había desencadenado en su vida.
Continuará...