—¡Jacks! —llamó, acelerando el paso para alcanzarlo, ya que sabía que definitivamente intentaría escaparse de nuevo, y preguntó:
— ¿Cuándo llegan la pareja y sus invitados? Se supone que tienen su ensayo esta noche, ¿verdad?
Jacks, quien había estado concentrado en algo en su teléfono, se detuvo y se giró para enfrentarla. Su expresión habitualmente adusta desapareció, sustituida por un destello raro de emoción que ella no podía entender la razón. —Olvida a los invitados por ahora —dijo—. Deberías venir a ver la suite nupcial conmigo. El vestido acaba de llegar.
Los ojos de Autumn se agrandaron con sorpresa y deleite. —¡Oh, eso es increíble! —exclamó, casi saltando de emoción—. ¿Cómo es? ¿Es vaporoso y soñador, como algo sacado de un cuento de hadas? ¿O es elegante y estilizado?
Jacks se rió. —¿No estás demasiado emocionada por la boda de otra persona?