—¡Eh! ¿Estás planeando una boda o un asesinato masivo? —preguntó Isabella juguetonamente—. Sus ojos brillaban pícaros mientras tomaba un delicado trago de su vino.
Evana y Olivia estallaron en risas, sus risitas armonizando en concordancia con la broma de Isabella. Nora, de pie frente al espejo, no pudo evitar unirse a la diversión. Una sonrisa segura decorada con su cara mientras miraba al espejo, admirando la larga abertura en su vestido que seductoramente llegaba hasta su cadera, realzando sin esfuerzo la ilusión de sus piernas eternamente largas.
—¿Qué asesinato masivo? Solo estoy planeando matar a mi esposo de deseo cuando posa sus ojos en mí —respondió Nora—, su voz llena de un encanto burlón.
Evana, sacudiendo su cabeza en fingida desaprobación, intervino: