```
(Desde la perspectiva de Demetrio)
Me desperté en medio de la noche, cubierto de sudor. Me debatía, agitando mis brazos, mis manos alrededor de mi garganta mientras sentía que me asfixiaba.
Miré alrededor como loco. La ventana estaba cerrada. ¿Quién la cerró?
Casi corrí para abrirla. Y solo cuando el viento frío entró en la habitación, pude respirar de nuevo.
Jadeaba, sujetando el marco de la ventana. Era esa sensación; la de estar atrapado en tu propio cuerpo. No ocurría todo el tiempo. Pero a veces, cuando me dormía, sentía que no podía moverme, podía sentir pero no me podía levantar, no podía abrir mi ojo.
—¿Estás bien? —preguntó una voz suave.
Miré hacia el balcón de donde venía la voz. La puerta estaba entornada y a través de la brecha, mi esposa me miraba mientras alimentaba a nuestro hijo, sentada en una silla.