—¿Te gusta el nuevo juguete, Athena? —pregunté.
Athena, que estaba sentada en el suelo jugando con Ruby, me sonrió. —¡Me encanta! Pero hay muchos juguetes, Su Majestad...
—¿Y qué? ¿No te gustan?
—Sí... Pero creo que Su Majestad me está dando demasiados regalos. El duque también me sigue enviando muchos regalos...
—¿El número de sus regalos aún es menor que los míos, verdad? —pregunté.
—Sí, dos menos —respondió Ruby.
—Solo está intentando superarme. No sabía que era tan infantil —murmuré—. Pero no puede hacerlo. No puedo permitir que eso suceda. Tengo que ganar.
—Vuestra Alteza también está actuando de manera infantil —se rió Ruby.
—Hmph, lo que quiero decir es que tengo que ganar porque soy la Reina. ¿Cómo puede una Reina perder ante alguien?
—Eso es solo una excusa para ocultar tu vergüenza —se rió Ruby.
—Dicho esto, ¿Luc aún está trabajando?
—Sí. Solo vuelve para recargarse y luego vuelve al trabajo —dijo Ruby.
—¿Recargarse? ¿Cómo?
...