Steffan se sintió aliviado de que al menos Lauren no estuviera saliendo con George, sino que él era quien estaba comprometido con ella.
Quería advertirle que, aunque no estaban saliendo, su instinto masculino le decía que George estaba enamorado de Lauren, pero también podría ser lo mismo que con Dolly, así que se lo guardó para sí mismo.
Lo más importante ahora era que habían estado enamorados, y esa conexión, sin importar cuán perdida estuviera en la niebla de su amnesia, tenía que significar algo. No podía soltar la idea de que en algún lugar muy dentro de él, el hombre que había amado a Lauren todavía existía.
Finalmente, tomó una profunda respiración, girando hacia ella con una determinación que no había sentido antes.