—Sed de venganza lo llamaste —Kathleen repitió las palabras de Lauren—. Sabes que no soy una persona vengativa, solo me vi obligada a seguir ese camino por lo que esas personas me hicieron pasar —explicó Kathleen solemnemente—. ¿Quién más conocería la verdadera naturaleza de Kathleen mejor que Lauren, que había sido amiga suya desde la infancia?
Sabía que Kathleen siempre había sido una persona de buen corazón que no guardaría rencores innecesarios y se esforzaba por vivir en paz con todos.
—¿Puedo ser franca contigo, querida amiga?
—Mm-hmm —asintió Kathleen dando su consentimiento.
Lauren ajustó su asiento y se ganó una mirada curiosa de Kathleen.
—Entiendo que en el pasado te han herido terriblemente, pero estoy preocupada por otra cosa.
La frente de Kathleen se frunció un poco.
—¿De qué estás preocupada?