—¿Hay alguna posibilidad de que, en un arranque de ira, puedan ignorar quién es la mujer y llegar a la intimidad con ella aunque no sea su pareja? Tengo la sensación de que este Dragón no se adhiere a las reglas fundamentales de las bestias divinas y puede ser íntimo con cualquier mujer.
—¿Te refieres a ti misma? —preguntó Yorian con calma, preparado para escuchar más.
Oriana asintió. —¿No esperan simplemente a su pareja? ¿Cómo puede él...?
—Si él te trata de manera diferente, ¿crees que podrías convertirte en su pareja? —inquirió Yorian.
—¿Yo? ¿Su pareja? —replicó ella con un ceño de irritación—. Preferiría morir antes que ser su pareja y ser forzada a la intimidad con ese granuja bajo la apariencia de cumplir con un lazo.
—A veces las parejas están destinadas y a veces las bestias divinas pueden elegir a alguien por cuenta propia mediante un vínculo de iniciación con marca. ¿Y si lo intentas? —preguntó Yorian, su mirada observando curiosamente cada una de sus expresiones.