—Es tu decisión decidir qué quieres hacer con tu vida y yo no soy nadie para entrometerme. Todo lo que deseo es que aceptes quién eres. A menos que lo aceptes con una mente abierta, no puedes esperar que los demás hagan lo mismo. Ser una Bruja Negra no es algo malo. No eres una mala persona o una criatura vil. Eres tú. No dejes que la mala experiencia y la opinión de alguien en la vida definan tu existencia.
Oriana sonrió, pero había un rastro de impotencia en su cara. Había cosas que eran fáciles de decir, pero difíciles de poner en acción. Especialmente cuando se trata de emociones.
—No estoy seguro de qué pensar, pero gracias, Señor Yorian. Gracias por ser amable —dijo ella.
El elfo se detuvo en el lugar, y le acarició la cabeza de la manera en que un anciano cariñoso lo haría con un joven.