"Debido a su anterior demostración de habilidad, los miembros de la tribu observaban a Arlan con miradas más cautelosas.
El que iba a la cabeza volvió a hablar una vez más, y para sorpresa de ella, Oriana escuchó la suave voz de Arlan respondiendo del mismo modo, sin una sola palabra que le resultara familiar.
—Ihan artkh iok ehmut esmah.—(No queremos hacer daño.)
Oriana se quedó desconcertada.
«¿Qué? ¿Acaso él también puede hablar el idioma tribal?»
Oriana los observaba desde detrás del árbol, viendo la extraña escena que tenía delante: un guerrero y un príncipe mantenían una conversación como iguales, a pesar de las marcadas diferencias entre su estatus, cultura y apariencia.
—...eyil ke iah idab tohob ek itlag tamik naj anel?—(...¿no crees que la muerte es un precio demasiado alto a pagar por la ignorancia?)
—An erak hsihsok elawrahab enpoth epmah. Iah mayin enpa elgnu.—(La jungla tiene sus propias reglas. Forastero, no intentes imponer tus creencias sobre nosotros.)