El Héroe dejo de poner atención a las miradas para ver al frente. Al mirar un campo de tierra con trescientos metros cuadrado y un pequeño árbol a los extremos, sonrió con nostalgia. El primer campo que ocupo para su entrenamiento inicial fue uno parecido, por lo que toparse con uno similar en su nuevo inicio resultaba ser una buena señal.
"Es irónico que la primer batalla en mi nuevo camino tenga fundamentos similares al de mi abuelo. No me extrañaría que la Diosa Génesis interviniera para este momento" comento para si mismo. En su viaje, alguna vez, la Diosa Génesis manipulaba ciertas cosas para indicarle su apoyo y compañía. Esas acciones, en vez de molestarlo al ser observado por el ser que lo escogió como Héroe, mantuvieron su mente al frente del camino y sirvieron para darle una mano. "Espero que esta sea una señal para indicarme que me apoya y no esta enojada por dejar el trabajo final a Noah. No quiero volver a ser asaltado por ella en mis sueños".
La Diosa Génesis era muy amable y benevolente con todas las razas, incluida la propia raza de los demonios. A veces usaba sus poderes para reparar los daños de batallas cataclísmica o desastres residuales de mazmorras mutantes. Otras veces, para la confusión y nerviosismo del Héroe, visitaba sus sueños para platicar temas simples y cotidianos o abrazarlo en una cama que aparece y desaparece mágicamente.
Fueron esas acciones las que hacían a la Diosa Génesis un ser muy difícil de entender para Elías. Él había conseguido predecir a individuos impredecible, vencido semillas apocalípticas, superado la estrategia y táctica de la Reina Demonio en muchas batallas, y aun así no tenia idea que pensamientos tenia la creadora de su mundo. Tampoco ayudaba, que la Diosa se riera con cariño las veces que intentaba, y fracasaba, en utilizar su Autoridad y descubrir sus misterios.
"No, hoy seré asaltado por ella. Es imposible que no hable conmigo por abandonar mi labor. Ella, como la electora de mi cargo y guía, me interrogara por mi elección y tomara cartas en el asunto" pensó con un poco de tristeza y culpa. La Diosa Génesis fue junto a Dasha, los únicos pilares que se mantuvieron en su viaje y lo detuvieron de caer en la locura. Gracias a ellas, él no cometió el error de eliminar a todas las razas del planeta." Solo espero que no quedemos en malos términos. Ella es uno de los pocos vínculos que tengo."
Faram ordeno a Orelia permanecer unos metros del campo de entrenamiento y guio a los dos peleadores al centro del campo. Estaba un poco impaciente por ver el tipo de habilidades del Héroe y el avance que tuvo por sus pensamientos. Esto ultimo la tenia muy preocupada, por que no era un tipo de pensamiento muy sano, mucho menos para alguien que carga el peso de ser Héroe.
"¿Que tipo de vida tuvo y Autoridad tiene para pensar así? Negar una parte de la Autoridad es lo mismo que negarse a si mismo. No he escuchado que alguien niegue tal poder, de hecho, tener una te introduce a las ligas mayores" reflexiono curiosa y preocupada. El enigma que era su nuevo trabajador la tenia muy confundida. Necesitaba mas que una simple información de su vida para comprenderlo, como un combate serio u mas contexto de su vida. "Tampoco escuche o leí que el Héroe tuviera una línea de pensamiento similar. ¿Que es diferente de las otras ocasiones".
La sabio Chameleon guardo esta información para mas tarde. Por el momento, analizaría el comportamiento corporal y movimientos del humano. Mientras mas información poseyera de él, mas fácil seria deducir las circunstancias que lo llevaron a pensar así. Además, debía disminuir sus alertas hacia el chico para no ganarle problemas con el grupo sombra y que reciba una expulsión de la tribu.
—Bien. Aquí estamos. Este campo de entrenamiento es de tipo universal. Ambos tiene permitido usar técnicas o habilidades del mismo nivel o inferior. No queremos arruinar esta granja—hablo Faram en el centro del campo. Miro a ambos peleadores que caminaron a los extremo del campo y continuo:—No se como arreglaron las reglas de su combate. Yo, como su testigo, quiero conocer sus reglas y programar al vencedor según las mismas.
Faram espero oír las reglas del combate, pero la nula respuesta la extraño. Al ver a ambos jóvenes, observo un leve sonrojo en sus mejillas y soltó una pequeña sonrisa divertido. Los dos estaban tan emocionados por combatir con el otro que se olvidaron establecer alguna regla. No pudo evitar reír junto a Orelia mientras veían el creciente sonrojo de sus ojos.
—¡Ja,ja,ja!, ustedes son un caso perdido. Tan emocionados están con el otro que olvidaron la etiqueta básica de un combate amistoso—rio Faram. Lanzo un pequeña mirada burlesca a Vanet y comento:—Oh, pequeña Vanet. Me pregunto que diría tú padre al verte actuar igual a él. ¡Por fin dejara su silla y celebrara todo el día!
—Estas minimizando las cosas, Maestra. Feredit saltara de su silla, buscara a Vanet y se la llevara a un viaje peligroso en las mazmorras mas peligrosas de nuestra tribu o sus amigos. Y después de ello, festejara por un mes entero—agrego Orelia con la misma sonrisa. Conocía demasiado a Vanet, tanto que un descuido como este no es propio de ella, y aprovecharía este momento para molestarla todo el tiempo posible.—¿O acaso hay algo especial en esta ocasión? Hay algo que nos quieras contar.
—¡Cállate, Orelia!—exclamo sonrojada. Entendía donde apuntada la prodigio de la aldea y no le gustada.—¡No tiene nada que ver con eso! Hay veces que uno puede olvidarse de algunas cosas, hasta tú lo haz sufrido.
Maestra y alumna rieron por la respuesta de la Chameleon. Ambas sabían que la chica no tenia ningún sentimiento hacia el humano, mas allá de sus razones para combatir contra él. Además, burlarse de ella aligerara el ambienta y la ayudara a bajar la tensión que sentía en esos momentos. No la culpaban, pelearía contra un individuo considerado monstruo por los mismos monstruos en la cumbre de la historia de su universo.
—Disculpen mi interrupción, ¿podemos escoger las reglas ahora?—pregunto Elías. Quería terminar el combate para aprender las reglas de la granja y comenzar a trabajar.
Las tres Chameleon se vieron entre ellas unos momentos y asintieron con risas. Parecía que Vanet no era la única desesperada por empezar el combate. Aunque las razones eran distintas, uno querían resolver el tema del combate lo mas pronto posible para seguir su inducción en la granja, y el otro, probar a su contrincante para resolver sus dudas.
—Bien. Ya que ninguno tiene las reglas del combate claras, escojamos cuatro: la primera Vanet, la segunda Elías, la tercera Orelia y yo la ultima—propuso Faram. Al no obtener ninguna queja, asintió y miro a una de sus estudiantes.—Como los cuatro estamos de acuerdo, comienza Vanet. Antes de elegir, recuerden: no puedes escoger la zona de combate ni una ayuda externa. Arruinaría la experiencia y eliminaría el beneficio de la batalla.
Nadie tuvo problema con la excepción que menciono la líder de la granja. De hecho, esa restricción beneficiaba de sobremanera, tanto a los peleadores como a sus espectadores, y brindaba el factor misterioso a la ecuación del combate. También, daba la oportunidad a cada uno de los involucrados para aprender los misteriosos del otro y obtener una comprensión mas clara del exterior e interior de la isla.